viernes, 3 de junio de 2016

Volando a Kotoka (parte I). Acabar en El Cairo

¡Hola!

Somos muy de última hora, ni que decir tiene. Generalmente nuestra generación para los transportes lo es... uno solo tiene que darse una vuelta por cualquier estación para darse cuenta de ello.
Salimos de casa con prisas, para no ser menos, a coger el taxi que nos llevaría a la T4: 30€ tarifa fija. Cualquier otra opción con tanta maleta habría sido esfuerzo en vano. Carrito en la terminal y a facturación.
Habíamos reservado vuelo a Acca con edreams, escala Casablanca y dentro de unas horas estaríamos visitando sus calles a la espera del segundo vuelo nocturno.

Pero...¡Sorpresa! Las cosas parecen  que siguen empeñadas en torcerse. No tenemos reserva. La agencia tras cargar el vuelo en la cuenta y enviar confirmación, decidió cancelar la reserva sin remitir email de cancelación...os podéis imaginar nuestras caras...no tenemos vuelo.

Lejos, de nuevo, de venirnos a menos y tras hablar con edreams para aclarar su error, buscamos alternativas este mismo viernes. Siendo a última hora y en el mismo día, lo único similar en precio era volar durante cuatro horas a Egipto desde la T1, hacer noche en el aeropuerto de El Cairo durante prácticamente 12h, a lo Tom Hanks sin poder salir al país por no tener visado y "desayunar" otras cinco horitas a la capital de Ghana. Todo ello con Egyptair, la misma compañía que está en boca de telediarios...
¿a la tercera va la vencida?

Bien envueltas nuestras cuatro maletas facturadas, 57kg de donación, visto lo visto, solo podemos cruzar los dedos cuando las vemos desaparecer en la cinta y desear con fuerza que lleguen, a poder pedir, intactas.


Ya facturados y tras pasar los controles, todo más relajado. Lo mejor que nos podía pasar, sin ser pretenciosos, es que se retrasara este primer vuelo varias horas...de perdidos al río eso implicaría compensación económica y menos horas en el aeropuerto egipcio. Y como solo tenemos que pedir por esa boquita...el vuelo se retrasa. Lástima que solo fue una hora y pudimos embarcar sin problemas.




Una vez dentro las cosas se ponían más de cara: había poca gente y pudimos dejar huecos libres para estar más cómodos, nos dieron de comer, almohada y manta y a dormir...había que descansar para lo que presumiblemente iba a ser una larga noche. Menos mal que nos encontramos una revista que nos augura un final positivo.

Nueve de la noche, noche currada, aterriza el avión y un grupo numeroso de españoles entre las filas 20 y 25 aplauden el aterrizaje como celebrando que todo haya ido sobre ruedas. El comandante informa de que hace 39 grados en exterior, "fuego en el fuego" que decía la canción, de todas formas no podemos salir más allá de los límites aeroportuarios y la obsesión por el aire acondicionado de esta parte del mundo invita a ponerse algo encima en interior.

Así pues en la terminal 3 del aeropuerto internacional de El Cairo comentas ¡quién nos iba a decir esta mañana que estaríamos aquí! Pero sin tiempo para asimilarlo, las noticias positivas se suceden...al comprar el billete en mostrador y por hacer escala con la compañía, nos aseguran que nos corresponde una noche de hotel. 


Tras contrastar pasaportes, parece que finalmente "pisaremos calle" y no nos tocará hacer hueco entre asientos para dormir. Nos asignan un minibús, sufrimos la primera bofetada de calor al salir del aeropuerto y nos conducen al sitio junto con otros viajeros, no tardamos más de 5 minutos.


Ya instalados, uno se plantea cómo puede cambiar todo en cuestión de horas...nos han dado una habitación por persona, la cena está incluida y llegamos justo a cierre. Son las 11 de la noche y esta espiral positiva nos invita a pensar que todo, por fin, está saliendo bien mientras disfrutamos del buffet libre del restaurante.

Ya solo queda paseo y a descansar, que mañana, con suerte, pasado mediodía estaremos en Accra. Seguiremos narrando, en la medida de lo posible el viaje.
Tenemos muchas ganas de poder estar ya con DAC y conocer la realidad y el objetivo de este viaje. Por el momento, todo esto queda un poco distante de cualquier parecido con la realidad...







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